viernes, 9 de marzo de 2012

Amor de Hermana



Ante el dolor de todos los presentes, ella hizo figura y fondo con sus pasos lentos y contundentes. Con el dolor de vida de sus noventa y tantos años y la expreiencia de enterrar  a tres hermanas, la anciana imponente desde su pequeñéz física y su altura espiritual, avanzó como con cuenta gotas hacia la capilla ardiente.

Mientras tanto todos callaban, nadie se atrevía a preguntar o comentar, solo  los pasos exigián orden y respeto en el trascurrir de su persona. Al llegar al pie del feretro en la capilla, los demás abandonaron el lugar para dejarle espacio a su despedida final.

Sola. Sola con sus viejos recuerdos sólidos como la piedra, La dulce hermana mayor acariciaba el frio ataud color café, como si acariciara por última vez la frente de la menor de sus hermanas. Le vino a la mente un recuerdo y una lágrima a sus ojos cansados, suspiró y contuvo el llanto. Con una sonrisa triste retomó el aliento y dejó salir de su boca ancestral una tonada que invadío el recinto como el olor de las flores en las guirnaldas funerarias.

"Le está arrullando por última vez" dijo una doliente. Se podia ver desde la puerta de la capilla la figura cansada de la anciana acariciando el ataud y susurrando aquel viejo tango que utilizaba para dormir a sus pequeñas hermanas. El sol se ponía por la única ventana del lugar.

Vieja pared del arrabal, tu sombra fue mi compañera.....

Le está diciendo adios.... adiós mami...

Madreselvas en flor que nos vieron crecer........

Le canta a la abuelita...adiós abuela querida
Amor y fè, mentira son y del dolor se rie la gente.....

Le canta a su hermanita.....Adiós tia 


Si todos los años tus flores renacen ¿por que ya no vuelve mi primer amor?.



Las notas caian como gotas de agua tibia en el recinto. Los pétalos de flores le acompañaban y las lágrimas sellaban para siempre los ojos de la Hermana difunta, la última de todas ellas. La anciana había cumplido con su cometido de hermana mayor. Terminó de arrullar a su querida hermanita y le dió el beso final encomendándola a Dios.


chicot, chicot.......¿cuantas veces puede observarse la ternura de un canto que eleva el alma de un difunto hacia la vida eterna?  En ese momento, el tiempo se detiene y transcurre sí y sólo sí la canción de arrullo lo permite, dejándo entonces salir el vacio del adiós final. Sobre todo si se arrulla por última vez a una hermana querida, que fallece añosa pero se va como la niña del ayer, durmiéndose entre tangos y madreselvas.

#amor_de_hermana



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